San Pancracio, santo de las fiestas de mierda
Este año conseguí evadir a la Navidad. No fue fácil, siempre estaba ahí, con su 2 y su 5, en el calendario, acechando. ¿Esa sombra en el horizonte? Vestida de rojo y verde, esperando a que me dé cuenta de que venía. No pudo ser, sin embargo, y el día de Navidad me pilló con los pantalones abajo, sin tiempo para pasarla mal, con un "Ah, ¿ya?" mientras me recordaban que esa noche teníamos cena familiar. El fin de año, tres cuartos de lo mismo, y ni siquiera tengo que agradecer a agentes químicos por mi dejadez: el sueño de mi vida se ha vuelto realidad, y ya no me importan las fiestas. Ya no me deprimen los fines de año, aunque tengo que confesar que los domingos lluviosos aún me ponen un poco gris, más por responsabilidad que por otra cosa. Después de todo, los estereotipos son para mantenerlos, aunque solo sea porque nos ahorran tiempo y nos dan algo que comentar sobre personas a las que no conocemos con las personas a las que casi no conocemos.
Supongo que las fiestas de fin de año (léase, Navidad y el susodicho) son el momento tenso antes de la relajación de empezar algo nuevo. Algo así como la espera a que anuncien el nombre de tu grupo y te subas al escenario, pero sin los meses de fines de semana perdidos en el garage de tu baterista ensayando. "alvarete, ¿qué nos deparará el año nuevo?". Déjenme consultar mi bola de cristal...
"Lo mismo que el año pasado... Que a su vez fue lo mismo que el año pasado... Que a su vez fue lo mismo que el año pasado... Que el año pasado... Pasado... Pasado... Pasado..."
Si esperan que el año nuevo cure sus adicciones y sus perezas, su timidez, su falta de constancia, que les encuentre un buen novio, permítanme adelantarles lo que sucede: absolutamente nada, excepto eso, claro está. ¿Podemos por favor dejar de contabilizar nuestra vida en años fiscales? "El 2004 fue bastante bueno, pero en el 2003 experimentamos un crecimiento del 21.9% respecto al año anterior en las áreas de fortaleza mental y lengua extranjera. En estos aspectos, ¡fue nuestro mejor año desde 1981!". El año nuevo no existe aún, el año pasado no existe ya. Procuremos no tomar la variable $año+1 como la cura de nuestros males, y dejemos de promocionarla como tal. En lo personal, voy a lamer al año nuevo como bienvenida, sabiendo que lo único que me traerá será lo que yo quiera, y lo que no me espero.
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