A.L.G.O I (el olvido y el sentido del humor)
Trato de recordar la mayor cantidad de cosas. La mierda no me asusta.
En "El Túnel" Sabato se pega un comienzo memorable y dice que los seres humanos tendemos a recordar lo bueno y que el (Castels, el personaje) solo recuerda lo malo, yo no me siento tan complicada solo tengo miedo de olvidar un buen momento, por eso confió en lo que he vivido y me dejo llevar por los presentimientos, si aprecio a alguien unas mil buenas razones deben estar zippeadas en mi cerebro. Una botella, una buena película, un libro que me desmorone y Voila suceden, los recuerdo, aquí alado mío como deja vu solo que es mi vida, son cosas que me han pasado y estoy segura de ello.
No se porque estoy escribiendo esto. Me burlo mucho de todo y hasta quisiera burlarme en este momento de lo ridículo que es escribir este post sin una sola cerveza encima.
Pero he querido tocar el tema del sentido del humor, porque la veo como mi única forma posible de combate.
Existen blogs que se han creado últimamente en el mundillo bloggero local, que defienden a la violencia como la mejor válvula de escape y es màs he notado mucho de eso en bastantes lugares. Quiero expresar públicamente (en lo publico que puede llegar a ser un blog) que esto es errado. Lo único que tenemos para enfrentar lo que nos venga es lo que hemos vivido, nuestra historia, en este caso mi historia y con mi historia como único respaldo digo: están mal.
Ser acomplejado es la expresiòn maxima de no tener sentido del humor, sentido de la ironía, sentido de lo ridículo, siendo lo ridículo en este momento nuestra forma primaria para sabernos humanos, siendo en lo ridículo seguramente unos idiotas, pero también seguramente libres. Las malas palabras no me sorprenden los insultos simples tampoco. No se combate nada reproduciendo discursos ridículos como los que acarrean la palabra: puta y marión. No es una cuestión de moral es una cuestión de mala estrategia.
Así que solo por hoy le saco la lengua a mi acomplejamiento, sin pica, sin ninguna información mas que las que les proveo, me sorprendió la melancolía y eso no debe tener nada de malo.
De la vanidad no digo nada: creo que nadie está desprovisto de este notable motor del Progreso Humano. Me hacen reír esos señores que salen con la modestia de Einstein o gente por el estilo; respuesta: es fácil ser modesto cuando se es célebre; quiero decir parecer modesto.
El Tùnel , Ernesto Sabato*
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