N.A.D.A II

Lo que le gustaba de ella era que, de lejos al menos, tenía una pierna ligeramente más corta que la otra, dicen que todo el mundo tiene una pierna mas corta que la otra, pero existía en ella una insinuación de sus defectos lo suficiente como para que no ser objeto de análisis, lo suficiente, eso si, como para que el de cinco vueltas olvidándose de ella todas las noches antes de dormir.

Tendrían una gran vida juntos. Por lo menos el primer mes seria excepcional, en ese mes, el dormiría allí donde se había masturbado todas las noches, entre sus piernas.
En los detalles se sentía seguro, sentía que la conocía, podría decirle palabras sacadas de películas de Kevin Smith o de Cameron Crowe, podría ser feliz.

Ella en cambio sabia que existía la posibilidad que alguien como el existiera. Que cuando ella movía las manos después de tres tragos, alguien la este escuchando y sepa que todo lo que ella estaba diciendo era lo mas importante del mundo. Por que ella era así, se sentía siempre que hablaba con lo único que conocía: la verdad.

Yo en cambio, mira estas cosas y no siento nada. Hace tres horas amaba mi vida, ahora solo encuentro mi casa sin agua, me encuentro robando agua para bajar la válvula. Una pistola seguramente haría esta historia más interesante. Una pistola y un buen narrador uno de esos que haya vivido muchas cosas, que pueda utilizar sus experiencias como gasolina y que no se sienta en la necesidad de entrometer su ego en lo que cuenta.

No se lo que hace un buen texto, solo se el momento en el que leo algo y lo disfruto. También se cuando escucho a Eric Clapton en una canción, se que es el, y yo no se nada de música. Estaba pensando en lo que debería ser este blog.
A mi lo que me interesa es que la gente tenga lectores, porque un lector no es uno, y otro tiene mejores chistes sobre ti. El otro es la grabadora esa donde descubres tu voz. Yo siempre digo, en estos casos, mierda mi voz es horrible.

En el asunto de los parámetros, me queda una cosa clara, el conocimiento para mi es una herramienta de placer, y el conocimiento debería ser de todos. Todos tenemos el derecho de mearnos o eyacular encima de Joyce, si tenemos pereza de leerlo por favor no desmerezcamos ese derecho. Yo por ejemplo a pesar de mi pereza he encontrado en la curiosidad mi mejor premio.

Y bueno aquí dejo espacio para los demás textos que han sido enviados a sin imprenta. Agradezco a todas las personas que envían textos y a las que los leen. El desmenuzamiento me parece una buena salida, ¿y a ustedes?