<"DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN" "http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd"> Sin Imprenta: Joyce, su antihéroe, mi machete

3/11/2005

Joyce, su antihéroe, mi machete

Permiso para escribir sobre algo que me agobia.

Recuerdo perfectamente cuando escuche por primera vez hablar de James Joyce, una persona en una de esas conversaciones pretenciosas y literarias me dijo: “es que uno no sabe que es la literatura contemporánea hasta que no lee el Ulises” mi reacción no la recuerdo, tomando en cuenta que me encontraba en la edad del burro y que esta la había asumido de una manera muy idiota, sana en todo caso, de odiar con lo que tenia al “sistema”. Mi respuesta debió haber sido alguna estupidez por que en ese momento lo importante, en todas las ocasiones, era decir algo… lo que sea.

Y así la sentencia la cargo en las orejas hasta estos días.

Poco tiempo después de esta conversación me regalaron una edición muy buena del Ulises en ingles. Toda esa pantomima de que uno si puede debe leer los libros es su versión original. Como detalle especial el libro venia con una dedicatoria extraordinaria, en ese tiempo también el amor lo vivía de una manera menos cínica y problemática, era una virgen en el péndulo constante de dejar de serlo, auto-convencimiento. Además de que repetía siempre que no existía libro que no podía ser leído por cualquiera.
Abrí innumerables veces la pesada edición y empecé a leer el Ulises muchas veces màs de lo que la abrí, ya sea porque la leí repasando la novela en mi cabeza, conversando con alguien que se la había leído o secretamente en alguna biblioteca la encontraba en español y trataba de hacer trampa. Nunca pase del primer capitulo en los dos idiomas y siempre tenia un análisis diferente de lo que había leído la vez anterior. Signo elemental que me lleva a la conclusión el día de hoy, de que nunca entendí ni una sola palabra.

Hoy se me ha cruzado el Ulises entre mis pertenencias, regadas por las tres ciudades en las que he desgastado mis historias. Lo he separado especialmente y me he aguantado todo el día las ganas de ir al baño. Porque el baño es el lugar donde soy más lucida leyendo y donde resuelvo enigmas enterrados por mucho tiempo.
Hace diez minutos pase media hora en el baño con James Joyce y su obra maestra como resultado puedo decir que nunca en mi vida he necesitado tanto un diccionario y que estas 783 páginas serán mi montaña. Voy a leer el Ulises no existe un libro que no pueda ser leído. Claro esta si es que es un idioma que uno conoce.

Me recomendó un amigo que para entender el comienzo del Ulises uno debe saber que todo el comienzo esta escrito desde la perspectiva que tiene un hombre sentado. Si alguien tiene alguna otra recomendación para este largo viaje será muy bien recibida. Si alguien me quiere acompañar en el viaje también me haría falta a quien llamar en la madrugada llorando de la felicidad porque pase al segundo capitulo.

Ya vencí una vez la traba de lectora con Umberto Eco y su latín impertinente. Todos los cerebros pueden ser disfrutados.
James Joyce te leeré con machete si es necesario.

Ahora me siento mucho mejor.
N.E.: una H fue eliminada como proceso de ediciòn

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